La selvicultura preventiva actúa sobre la vegetación, reduciendo aquella que arde fácilmente o que pueda alimentar un incendio. Se trata básicamente de actividades de clareos mediante los que se cortan árboles enfermos y las ramas más bajas. Cuando se concentra un alto volumen de matorral se realizan loas desbroces. Estos trabajos requieren normalmente permisos de las Administraciones Regional o Local y en algunas ocasiones los clubes están sujetos a que los Ayuntamientos realicen estas labores como titulares de la gestión del monte.
La limpieza y los desbroces de las veredas de los caminos, los márgenes de las carreteras, los alrededores de edificaciones y parcelas de monte contribuyen a evitar que se propague el fuego. Además, una de las principales actuaciones de los clubes es la de mantener los accesos de los caminos limpios, lo que es de suma importancia a la hora de que se tengan que desplazar vehículos en el caso de incendios.
La reducción de la masa forestal influye también en la generación de un hábitat más adecuado para la cría de especies cinegéticas de caza menor, como las perdices, los conejos y las liebres.
En las tareas de desbroce se tienen en cuenta la preservación de especies vegetales protegidas y las parcelas con potencial desarrollo de arbolado forestal.