El Delegado de Valencia, Raúl Esteban, ofrece a la Dirección General de Agricultura alternativas a la legislación más polémica y plantea cambios en las disposiciones relativas a responsabilidad por daños, al control del conejo, al uso de perros peligrosos o al empleo de cimbeles vivos.
La Federación de Caza de la Comunidad Valenciana no cesa en su presión frente a la Administración. Muestra de ello es la trascendente reunión mantenida ayer por el vicepresidente autonómico Raúl Esteban con el Director General de Agricultura, Rogelio Llanes, en la que el comisionado federativo planteó y fundamentó técnica y jurídicamente la necesidad de revisar con carácter de urgencia diversos aspectos de la legislación cinegética que resultan claramente perniciosos o injustos con el colectivo de cazadores.
El tema más notorio tratado, fue la prohibición del uso de cimbeles vivos por la detección de brotes de la Gripe Aviar. La representación de la FCCV manifestó su total disconformidad con una medida que definió como desproporcionada, alegando la incoherencia que supone que países en los que el problema es más acuciante, con casos ya declarados, hayan aplicado medidas mucho más permisivas en referencia al empleo de reclamos, y recordando los exhaustivos controles que ya superan anualmente los cimbeles valencianos como medida preventiva, es por esto, que la administración se comprometió a exponerlo en la próxima reunión en el ministerio dada la argumentación aportada por la Federación.
La segunda propuesta de la FCCV se encaminó a la necesaria revisión de la Orden del conejo. El organismo exigió una mayor agilidad en la inclusión y exclusión de un término en la zona de afección; demandó una zonificación coherente de las zonas de plaga a los entornos estrictamente agrícolas afectados, sin que perjudique a actividades necesarias en otras áreas de los cotos, como las sueltas o el control de predadores; y pidió la recuperación de la práctica de la translocación como alternativa viable de control. Estas aportaciones sí fueron positivamente consideradas por la Dirección General que estudiará su posible aplicación.
La Federación, además, recordó la ineludible obligación de rectificar las normas de responsabilidad en accidentes de tráfico, proponiendo la modificación del articulado actual para eximir al cazador de parte o toda la responsabilidad. Reivindicó el uso del Dogo Argentino, en una proporción razonable de 1 Dogo por cada 10 perros, por su papel como protector de las razas autóctonas y por la mejora que su participación supone en la eficiencia de las acciones de caza, defendiendo el corte funcional de orejas y rabo para su preservación.
Finalmente, Esteban exigió la utilización de cajas trampa como método de control de perros y gatos asilvestrados, prohibidos a día de hoy, lo que está permitiendo la proliferación de éstos, siendo actualmente responsables de daños en las poblaciones cinegéticas y en la salud pública.