Desgraciadamente, como ya es habitual en los meses de verano, los incendios acaparan las noticias de estos días. Ante este tipo de situaciones es vital conocer el terreno a la perfección para cortar lo antes posible el fuego. Para ello, no hay mejor figura que la del cazador, quien sabe ubicar senderos, caminos accesibles y balsas para recoger el agua.
Uno de los incendios más grandes de este verano se ha producido en Azuébar, una catástrofe que ha quemado más de 500 hectáreas de la Sierra de Espadán. Desde el sábado, cuando el monte empezó a arder, ha estado al pie del cañón junto a los bomberos y la UME nuestro Delegado Provincial de Castellón, Pablo Molina, que como secretario de la sociedad de cazadores del municipio, ha hecho de guía para frenar las llamas. “El sábado por la noche desalojaron a todo el mundo, únicamente quedamos la alcaldesa y yo, quien ayudamos dentro de todo lo posible a los bomberos para luchar contra el fuego”, explica Molina.
Su función principal fue hacer de guía a los servicios de emergencia, “el monte está lleno de senderos que no aparecen en el mapa y que solo conocemos quien los transitamos, además sabemos si por ahí puede pasar con un camión o únicamente cabe un coche”, apunta el delegado provincial, quien también indicó los puntos de recarga de agua.
Ante este tipo de situaciones es crucial una figura que guie a los servicios de emergencia y no hay mejor guía que aquel quien cuida y pasa mucho tiempo en el campo, los cazadores.