[:es]La Federación de Caza de la Comunidad Valenciana ha participado en la Comisión de Seguimiento de control de daños provocados por fauna salvaje en la que se ha presentado la Orden del Jabalí, cuya aprobación está prevista próximamente. Un documento con el que la entidad se ha mostrado disconforme y espera que se realicen las modificaciones pertinentes, para adaptar el texto a la realidad cinegética de la Comunidad. En el encuentro, organizado por Consellería, se ha tratado, entre otras cuestiones, la evolución de las densidades poblacionales de caza mayor en la Comunidad.
El presidente de la Federación de Caza de la Comunidad Valenciana, Raúl Esteban, ha criticado algunos puntos del borrador de la Orden por la que se regula la caza y control del jabalí en la Comunidad Valenciana porque en el texto “no se establecen las condiciones de seguridad suficientes ni los requisitos mínimos indispensables para ejercer la actividad”. “Tampoco –prosigue- se especifica cuál es la fórmula para fijar la alta densidad de población de jabalíes ni cuántas piezas debería haber por cada hectárea para que se dé un equilibrio del ecosistema.
En concreto, el borrador contempla volver a la anterior señalización en batidas, una decisión “innecesaria, que ya se modificó la pasada temporada” y potencia las caja-trampa, un método de captura que no convence al presidente de la Federación: “No se debe utilizar este sistema de manera indiscriminada y su uso debe llevarse a cabo por personal cualificado, algo que no deja clara la Administración”.
Otro tema que preocupa a la Federación es que el borrador de la Orden no contempla ayudas o incentivos para que el cazador pueda analizar con seguridad la carne que va a consumir y que esté libre de enfermedades. “Llevamos varios años advirtiendo a la Administración de la problemática y las dificultades para analizar la carne de caza. A día de hoy el método más eficaz para detectar la triquinisosis es costoso y sólo se realiza en muy pocos centros veterinarios de la Comunidad Valenciana”.
Una reforma deficiente
En cuanto a las medidas de seguridad en las batidas, en concreto en las modalidades de ganchos o batidas, “se reducen las condiciones de seguridad de las cacerías, sobre todo en zonas con sobrepoblación y terreno irregular, porque se pretende acumular en muy poco espacio a muchos cazadores”, lo cual supone un incremento del riesgo de accidente en este tipo de acciones. “No se ha tenido en cuenta que lo primero es la seguridad de las personas, y que va en la misma línea que provocará la reducción de seguridad con el cambio de señalización”, ha añadido.
Otra cuestión con la que la Federación se muestra totalmente en contra es con la prohibición de cebado entre los meses de marzo y agosto en aquellas zonas declaradas de sobreabundancia de jabalí. Para Esteban, “es una medida, como toda la orden poco meditada y apenas trabajada, que no tiene en cuenta la riquísima morfología de nuestros acotados, su diferente orografía y tipos de agricultura, que precisamente lo que va a provocar es dificultar el control de la especie”.
En general, se trata de una reforma de la orden muy deficiente que debe ser más trabajada y minuciosa en el estudio del impacto de las medidas que introduce, que no se conocen ni se han analizado como se debería, tratándose de imponer ante todo, sin atender a ninguna petición de representantes de agricultores ni de la FCCV como representante de los cazadores.
La Federación de Caza sí se ha mostrado a favor de revisar y actualizar la normativa ante el aumento desmesurado del jabalí que, además de alterar el ecosistema, provoca graves daños a la agricultura y cuantiosos accidentes de tráfico. Pero también, daños a la ganadería, a las infraestructuras, a la flora y fauna protegida y supone un riesgo de transmisión de enfermedades como la PPA (peste porcina africana) o la tuberculosis.
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