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En mayo de 2018 más de 40.000 personas se unieron en las calles de Valencia para defender la caza y el ámbito rural, amenazados por múltiples plataformas llamadas ecologistas que simplemente buscan acabar con una práctica ancestral. Es el caso de PACMA, que ayer intentó concentrarse en Valencia para lanzar soflamas animalistas. Reunieron a 40 personas, prácticamente no eran suficientes para sostener las tres pancartas que había en la concentración.
Esta nueva demostración debe abrir los ojos a las diferentes administraciones. Mientras los cazadores y defensores del mundo rural (actividades que generan millones de euros de impacto en la economía todos los años) son miles y cuando se concentran llenan durante horas las calles de Valencia, los pseudodefensores de los animales apenas llegan a cuarenta personas.
La defensa de la caza y el mundo rural moviliza considerablemente más que los animalistas de PACMA porque de las primeras actividades dependen miles de personas a nivel valenciano. Sus vidas están amenazadas y su modelo económico en peligro. La defensa de la caza debe continuar activa para demostrar unidad y fortaleza y acabar con la complicidad de los medios de comunicación y determinados políticos con asociaciones como PACMA.[:]